El Salvador S.A.

A raiz del discurso del Presidente este pasado 1 de junio, deseo compartir con ustedes este articulo sobre El Salvador aparecido hace un par de meses en Honduras. Lamentablemente no tengo la fecha de su publicacion.
Que piensan ustedes?. Para mi es muy real lo que se expone en el articulo. Vivimos un espejismo fomentado a traves del Gobierno y su campana de propaganda (lease discuso de 2do. anio de presidencia!). Les dejo el articulo:

(Periodico El Heraldo)

OPINION Con otra óptica

El Salvador S. A.

Lo dicen sus propios sociólogos: El Salvador es el primer Estado centroamericano sociedad anónima, país donde han casado tan bien las políticas privadas con las de la nacionalidad que se confunden unas con otras, se entrelazan unas a otras y se ha borrado la distinción entre proyecto patrio y proyecto empresarial, que allá vienen a ser lo mismo.
La dolarización lanzada sorpresivamente por el presidente Francisco Floresen el año 2000, y que pocos conocían y esperaban, sumió en atmósfera de esperanza a los salvadoreños porque indiciaba que el Colón había alcanzado un grado superlativo de sustentabilidad, así como porque, se suponía, eliminaba los riesgos de inflación al anclarse la doctrina monetaria a la, también supuestamente, más sólida divisa de la tierra.
Un lustro después la elevación de costos de vida es cada vez crecientemente insoportable, el renglón de productividad ha descendido ostensiblemente, la inequidad social no ha sido superada y los índices primarios de desarrollo --salud, educación, reducción de pobreza, otros-- siguen casi inalterados.
Eso sí, El Salvador, o a lo menos su capital, exhibe los centros comerciales más deslumbrantes del istmo (con excepción de Panamá) y el barómetro de consumo se ha acelerado. Dado que son las remesas familiares (casi 3000 millones de dólares) las que inyectan agilidad a sus reservas y circuito financiero, lo que viene a concluirse es que son los pobres (los "hermanos lejanos", término sentimental allí) quienes mantienen flotante en gran parte al país.
El partido repetidamente electo al poder (Alianza Republicana Nacionalista) desde la firma de acuerdos de paz en 1992, legisla siempre en favor de la empresa privada, no importa si tales decisiones afectan la conveniencia normal. La teoría del derrame, aquella de que entre más inversión externa se reciba y más riqueza se genere concluirá por fin por llegar a las clases pobres y populares, ha resultado evidente falsía, y de ahí que se sienta flotar sobre el territorio la imagen de una burbuja capciosa, una cápsula de ilusión al ver transitar tantos autos elegantes y caros, inaugurarse tiendas exclusivas, ofrecerse en los escaparates los productos más exóticos de la humanidad.
Basta empero salir al campo, a seis kilómetros del monumento al Salvador del Mundo, epítome de avance urbano, para encontrarse de golpe con la pobreza del barrio Mexicanos, la miseria en Cuzcatancingo, las colonias de desheredados, es decir de los que no pertenecen, o son sólo mucamos, al Estado empresarial. O si no se desea ir tan lejos, una visita pronta al "downtown" de la urbe revela de inmediato un choque brutal: el de quienes transitan en autobús y regatean en mercados, contra los otros, los privilegiados.
Evidentemente todo parte de una planificación preconcebida. De lo que se trata es de proyectar vistosa vitrina, la del éxito del modeloneo liberal. Los medios de comunicación masiva transmiten insistentemente mensajes conformativos del mandatario, en los que este destaca la sucesiva bondad del régimen, sin crítica alguna. Los funcionarios públicos asisten a la televisión para informar, no para ser confrontados, como si ocurre aquí.Y con mucha frecuencia, incluso a escala de clase media, la culpa del evidente atraso se achaca siempre al dogmatismo político del FMLN, que no permite al país avanzar (a pesar de que este no comparte el poder).
Aquella afirmación de que el capitalismo triunfó históricamente porque logró despertar en el ser humano apetencias, sueños eilusiones que van más allá de la necesidad racional (riqueza, fama, logro, equiparación, por simple familiaridad, con estrellas de industrias y arte) encuentra su aseveración más concreta en El Salvador.
El salvadoreño asume ya orgullosamente que los triunfos globales e invasivos de "su" capital pecuniario en otros países son también suyos, que es la república la que se proyecta al exterior, que Poma, Domenech y Quirós son ellos, cerrando el círculo de la clásica metáfora arquitectónica (Althusser y Gramsci).
La izquierda, por otra parte, prosigue aferrada a dogmas obsoletos (la dictadura del proletariado, ¡ja!) y no representa alternativa atractiva, no mientras la domine la ortodoxia marxista y ex-guerrillera delos años setenta, vertical, rígida y desfasada de la modernidad, por cierto.
Así que allí tenemos diáfano espejo para vernos y para considerar. La coyuntura es luminosa, pues mientras en Sudamérica pelean los nuevos presidentes por reconquistar espacios avasallados (los recursos naturales, objeto centenario de saqueo) y que fueran entregados abierta y prostitutivamente en el altar de la privatización, a fin de ponerlos ahora a producir para la sociedad, en el vecino territorio (Guatemala es el próximo en tal camino) se invierte el paradigma y se hipoteca lo nacional, eso para no citar el acondicionamiento excesivo, la complicidad abyecta a los imperativos de Washington, que socavan profundamente lo poco que queda de identidad.
Dos rutas, dos caminos, jardín de senderos que bifurcan, el modelo obligado por la mundialización o la búsqueda de una tercera vía latinoamericana, una que no significa forzosamente distanciarse de EstadosUnidos sino formalizar frescas reglas de trato, insistencia en la dignidad, negocios pero no sumisión. Repítome, pues, vivimos tiempos maravillosamente interesantes.

Julio Escoto